Jorge y Natalia construyeron la ratita. Cuando la tuvieron hecha, la probaron y no funcionaba porque se les había olvidado poner el motor. Lo pusieron y comprobaron que no faltaba ninguna pieza. Probaron de nuevo si funcionaba y se le cayó la cola. Probaron por tercera vez y… ¡funcionó!
Dejaron a la ratita en el comedor y la pusieron en marcha. En pocos segundos, la ratita estaba aspirando y todos los ratones desaparecieron. Jorge y Natalia volvieron a casa tranquilamente.
Y colorín, colorado, esta historia ha terminado.
FINAL HISTORIA 284
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Créditos
Autores de este artículo: Àlex Martínez, Mohamed Diallo y Xavier Navarro
Curso: 4º B
Centro: Escola Folch i Torres
Localidad: Esplugues de LLobregat
Provincia: Barcelona
País: ESPAÑA
Tutor: Eliseo Salgado
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