Entonces el conejo dio un salto enorme y pasó detrás del rosal. Vio una palanca y al pulsarla se abrieron los rosales y todos pudieron pasar. Tenían que ir en silencio porque, vigilando la zona, había un minisero. Era un ser mitad minotauro, mitad rosal. Era muy peligroso porque si escuchaba algo se despertaba.
Natalia pisó una hoja y el minisero se despertó, se fue hacía ellos y les dijo:
– ¿Queréis que os ayude a salir de aquí?
Todos se quedaron sorprendidos al ver que no era peligroso. Y gracias al minisero pudieron salir.
Y colorín, colorado, esta historia ha terminado.
FINAL HISTORIA 121
Créditos
Autores: Miquel Fuster y Maria Serrano
Curso: 5º
Centro: CP Jaume I El Conqueridor
Localidad: Catarroja
Provincia: València
País: ESPAÑA
Tutor: Joan Orts
No hay comentarios:
Publicar un comentario