Natalia se asustó:
– ¡Perdimos las llaves de casa!
Jorge comía la tablita de chocolate:
– ¡Ñam, burp!
– ¿Qué has dicho?
– ¡Las llaves de casa! ¿Qué hacemos?
Volvieron a casa y preguntaron a los vecinos:
– ¿Nos dejáis una tienda de campaña?
– ¡Claro! Pero, ¿dónde pensáis acampar?
– En el bosque.
– Estáis locos. ¡Os quedaréis aquí!
La vecina tenía un hijo con cara plasta, otro con cara de cerdito y otro con cara doblada. Y un gatito que llevaba unas llaves en la boca.
– ¡Qué bien! ¡Son nuestras llaves! –gritaron Jorge y Natalia
Y colorín, colorado, esta historia ha terminado.
FINAL HISTORIA 219
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Créditos
Autores del artículo: Logan, Mario, Raúl Raya y Nadia.
Curso: 4º
Centro: CP Sagrada Familia
Localidad: Xixona
Provincia: Alicante
País: ESPAÑA
Tutora: Elena Melchiorri
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