Después que el monstruo comió todos los chocolates quedó dormido junto a un árbol. Los chicos salieron despacito para ver de cerca a la bestia. Pero quedaron impactados… En realidad no era un monstruo. Era Tomás, un vecino del otro lado del lago.
Él había perdido su traje de buceo pero encontró su disfraz de lagarto y se lo puso; como quería llegar hasta las profundidades del lago tomó una linterna de las que usan en las minas. Por eso se apagaba y prendía.
Entonces quiso jugarles una broma a sus amigos y decidió fingir.
Y colorín, colorado, esta historia ha terminado.
FINAL HISTORIA 495 (Vídeo en construccción)
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Créditos
Autores: Sheila García, Sofía Martínez, Alan Mamondez
Grado: 6ºA
Centro: Cura Brochero
Localidad: Capital
Provincia: Córdoba
País: ARGENTINA
Tutora: María Elda Márquez
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