El emperador comenzó a gritarle a Juan:
– ¿Cómo te has atrevido a hacerle daño a la emperatriz, con lo hermosa y buena que es? ¡Pasarás el resto de tus días en las mazmorras!
– ¡Yo no he sido, emperador! En realidad, se ha desmayado –contestó, asustado, Juan.
– No te creo. Sólo estás buscando una excusa para que no te meta en las mazmorras –rugió el emperador, yendo amenazador hacia él.
En ese momento, la emperatriz gritó:
– ¡Deja a mi hermano en paz! ¡No te atrevas a tocarlo!
Créditos
Autores de este artículo: Judith Guivernau, Carla Cabrillana y Nerea Villaroya
Curso: 4º B
Centro: Escola Folch i Torres
Localidad: Esplugues de LLobregat
Provincia: Barcelona
País: ESPAÑA
Tutor: Eliseo Salgado
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