El dragón marino lo pensó, decidió llevarse al hijo de la ballena y lo dejó en su casa dentro del mar. A continuación fue a ayudar a quitar la bomba. Los bomberos, a los que aún les ardía el culito, se apresuraron a apagarse el fuego y consiguieron desconectar la bomba. Luego se fueron todos a celebrarlo, en el mar. ¡Por supuesto! Y los humanos, claro, en una barca. Para acabar el dragón hizo una exhibición de “fuegos naturales”.
Y colorín colorado, esta historia ha terminado.
FINAL HISTORIA 881
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Créditos
Autores del artículo: Marina Albert y Eneko Ibarlutzea
Curso: 5º
Centro: CEIP Santa Teresa
Localidad: Valencia
Provincia: Valencia
País: ESPAÑA
Tutora: Mª Pilar Arnal i Berga
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