Al intentar abrir la puerta, se dieron cuenta de que la llave pertenecía a aquella cerradura. Entraron en la cabaña y, muy sorprendidos, se vieron a ellos mismos durmiendo. Supieron así que todo era un sueño y se despertaron. No existían ni la fuente de chocolate, ni el leopardo, la llave, la cueva... Tampoco el encantador de serpientes. Pero les rodeaba una selva con un río precioso donde vivir mil y una aventuras...
Y colorín, colorado, esta historia se ha acabado.
FINAL HISTORIA 725
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Créditos
Autores de este artículo: Carlos Piris, Víctor Moreno y Ana Beatriz Cuña
Curso: 4º A
Centro: Escola Folch i Torres
Localidad: Esplugues de LLobregat
Provincia: Barcelona
País: ESPAÑA
Tutora: Ana Sánchez Cano
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