– ¡Vale! –dijo Natalia...Pero ten cuidado que me parece que hay unas escaleras.
– Natalia, ¿oyes eso? –dijo Jorge.
– Sí, parece un llanto –contestó Natalia.
– Vamos rápido –dijeron los dos a la vez.
Natalia y Jorge se acercaron al sillón rojo de donde provenían los llantos y dijeron:
– ¿Quién es usted? –dijo Natalia.
– Soy la sombra. Aquí mi amo me encierra cuando le conviene.
– ¿De quién es la cueva en realidad? –dijo Jorge.
– Mía –dijo la sombra-. Yo me la encontré. Pero mi amo no soporta que nadie tenga nada. Por eso, quiere gobernar el mundo.
– ¿Qué podemos hacer? –dijo Natalia.
– Podemos quitarle su varita y así no tendrá poderes y podré ser libre –dijo la sombra.
Ellos llamaron al mago y éste vino enseguida porque le dijeron que le iban a ayudar con su plan malvado. En un descuido Jorge le quitó la varita y perdió todos sus poderes mientras gritaba:
– ¡Condenados chiquillos!
Con este alboroto la cueva empezó a moverse y a subir más agua y se caían las piedras. Como la sombra era elástica sacó a Jorge y Natalia por la puerta de la cueva y ella también salió. La sombra les dio las gracias por haberla liberado.
Y colorín, colorado, esta historia ha terminado.
FINAL HISTORIA 708
Créditos
Autores de este artículo: Estela Navarrete y Mariem El Mokhtari
Curso: 6º
Centro: Juan Ramón Jiménez
Localidad: Granada
Provincia: Granada
País: ESPAÑA
Tutora: Mari Carmen Rueda